Cómo cada noche después de hacer el amor
me dejo llevar hasta el salón
y busco un documental o una película
qué me ilusione y me haga viajar a un mundo de color.
Unas veces oscuro, negro como nuestro futuro
otras veces bohemio, lleno de glamour y arte
y en el peor de los casos real y vitalista.
Ese mundo donde caen los fracasados
los desheredados
los hijos deméritos
la barbarie icónica e idealista del mérito ajeno.
Merito que se hereda de generación en generación;
la barbarie no está preparada para andar sin cadenas.
El pájaro enjaulado anhela tener una jaula más grande
unos barrotes dorados
y un discurso acomodado al nivel de su jaula.
A veces siento que vuelo sin querer
que sueño sin dormir
y que río sin sentir.
David Johansen canta para mí esta noche.
Luis.
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